Hoy
os presentamos al fotógrafo finlandés Pentti Sammalahti.
Sus
fotografías nos hablan de un mundo de fábula donde el hombre,
habitual protagonista, cede este privilegio a animales y paisajes
oníricos que nos abren la puerta a otra dimensión.
Comenzó
a exponer con regularidad su trabajo a los 21 años y trabajó
durante mucho tiempo como profesor en las Universidades de Artes
Aplicadas de Helsinki antes de recibir una beca del estado finlandés
que le permitió consagrarse por completo a sus proyectos artísticos
durante 15 años.
Alejado
de modas y tendencias efímeras, nos presenta pequeñas fotografías
en blanco y negro divertidas y serias al mismo tiempo. Confiesa su
absoluta predilección por la nieve, el frío y la blancura del
norte- en especial entre su país natal y Rusia-, lo cual no le
impide encontrarse cómodo fotografiando latitudes más meridionales,
como los Balcanes, Marruecos , India , Nepal e incluso Turquía.
En
sus imágenes - y en particular en las que opta por el formato
panorámico– los paisajes y sus pobladores vagan sin rumbo, las casas
y barracas parecen a punto de desmoronarse, con frecuencia aparece un
animal -casi siempre un perro-, que deambula con la mirada perdida,
con una indiferencia en cierto modo irónica.
La
relativamente escasa presencia del hombre, al menos físicamente, es
la manera en la que Sammallahti habla al espectador de la condición
humana. Si recurre a la naturaleza y a los animales, no cabe duda de
que escoge el rodeo de la fábula para hablarnos del mundo en el que
vivimos.
No
sabemos a ciencia cierta si se debe al encuadre o a la propia
naturaleza de lo que muestra, pero la mayoría de los paisajes
fotografiados por Pentti - al igual que las pequeñas historias que
cuenta- crean la extraña sensación de estar situados al borde del
mundo. Es como si más allá de la línea del horizonte no existiese
nada más que vacío...
En
el planteamiento de Pentti Sammallahti confluyen dos enfoques
fotográficos : por un lado , la fotografía de paisaje, casi
contemplativa ,donde la naturaleza juega un papel primordial , donde
la forma de nube , la inmensidad del mar o la inclinación de una
rama dominan el discurso; por otro , secunda el instante decisivo
tanto apreciado por Cartier-Bresson, que trata de captar un instante
fugaz y único. Es evidente que en esta paradójica dualidad entre lo
contemplado y lo plasmado reside una parte importante de lo que
conforma la impronta visual, inmediatamente reconocible del
fotógrafo.
(Texto de Alain
D'Hooghe)
Todas las imágenes ©Pentti Sammalahti
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Podéis ver más imágenes de este genial fotógrafo en Photo Eye Gallery.
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