Caníbal nos cuenta la historia de
Carlos (en una enorme interpretación de Antonio de la Torre) un
prestigioso sastre de Granada, que es también un asesino en la
sombra, un asesino en serie que caza mujeres de forma metódica para
alimentarse.
Sin remordimientos, sin entablar
relación con nadie, apenas con sus clientes, transcurre la vida
pausada de este hombre. Cuando cae la noche, Carlos degusta con
cuchillo y tenedor la carne de sus víctimas, que ha ido acumulando
en su nevera.
Pero no es la historia de un psicópata,
tampoco la historia de un caníbal, porque el proceso violento
siempre ocurre fuera de campo.
Nunca vemos el modus operandi de
Carlos, porque nuestro protagonista no es una bestia, sino un hombre
agazapado en la oscuridad. Un hombre capaz de lo peor, pero un
hombre. Si fuese una bestia, sería un animal enjaulado cuyos
alaridos no son muestras de fiereza, sino lamentos de un gran vacío
interior..
Su hermético mundo se ve alterado con
la llegada de Alexandra (Olimpia Melinte), la nueva vecina de arriba.
Esta es la estructura argumental,
inspirada libremente en el relato del escritor cubano Umberto Arenal,
sobre el cual el director arma un thriller deliberadamente pausado y
con una fotografía excelente.
Carlos es un monstruo de andar
por casa al cual la historia ni justifica ni quiere entender.
No sabemos nada del cómo ni el
cuándo, ni porque un hombre normal y respetado decide cruzar la
linea y asesinar para alimentarse de carne humana. Pero no hace
falta, la película habla de otra cosa, de su absoluta soledad, su
imposibilidad de relacionarse, su aquí y ahora, y cómo esta rutina
se ve resquebrajada cuando inevitablemente se enamora.
La película tiene dos momentos de
caza donde vemos la naturaleza del protagonista de forma cruda y
sin concesiones, momentos de gran altura cinematográfica. Nos
muestra ya en la primera escena su lado más oscuro y maligno, y nos
plantea preguntas ( ¿cómo murieron sus padres? - ¿quién es esa
costurera que visita? ) permitiendo el juego imaginativo del
espectador, preguntas que el director deliberadamente no quiere
responder.
En el momento en que Carlos se enamora
la tensión en la cinta cae un poco, el ritmo se ralentiza, para
muchos el punto flaco de la película. Como esta es mi visión
subjetiva he de deciros que a mi me ha gustado. Caníbal es
imperfecta, como su traumatizada criatura, tiene vacíos y detalles
que nunca se nos revelan. El film tiene el efecto de un mal sueño,
una pesadilla; porque nos obliga a transitar desolados parajes, familiares pero amenazantes.
Me gustan los tonos ocres, la
teatralidad y la atmósfera irrespirable, melancólica.
Pero el subtitulo de la película es
“una historia de amor”. Yo creo que si lo es de algún modo.
Durante casi dos horas vemos a Carlos, un hombre de apariencia fría
cuyo hielo se va derritiendo. Al final asume la dificultad que le
supone desnudarse física y anímicamente ante la persona que quiere.
El caníbal se descubre ante nuestros ojos
cerca de la redención, pero el guión nos sorprende con un giro inesperado. Para
muchos, una resolución torpe. Para mi, crítica aficionada con el
pijama puesto y desde el salón de mi casa, el peor de los finales, el que menos quería para Carlos.
Aclaro que esta es otra de esas pelis de visionado difícil. Muchos se aburrirán con sus silencios.
Aclaro que esta es otra de esas pelis de visionado difícil. Muchos se aburrirán con sus silencios.
Si sois de esas personas que necesitan
la mayor información posible antes de ver una película (cosa que no
recomiendo porque uno acaba yendo al cine condicionado, predispuesto
a algo que opina otro) encontraréis criticas variopintas dando
vueltas por la red, pero muchas de las cosas que se ponen como puntos
flacos en esta película a mí son las que más me han gustado. Esa
falta de explosión del volcán, ese estallido de pasión que nunca
ocurre, es algo buscado y para mi es un acierto del director, la
película es deliberadamente contenida.
Antes de dejaros con el trailer,
destacar los puntos fuertes a mi entender de Caníbal.
Soberbia actuación de Antonio de la
Torre, y el trabajo de dirección y la fotografía, exquisito. El
lenguaje visual de la película trasmite a mi parecer, más que su
guión literario.
Un viaje a desolados parajes que vale
la pena.
Si os ha gustado mi personal visión de esta película, visitad nuestra sección El crítico en pijama
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Ya tenía ganas de verla.
ResponderEliminarY la verdad es que las has avivado...
Hazlo, te la recomiendo!
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