¡Cómo me tira la sangre italiana! Desde que llegué aquí hace ya 11 años, me enamoré de la cocina italiana y no dejo de experimentar cuanta receta se me cruza. Una receta de postre que incorporé enseguida y que me toca repetir muy seguido porque en casa gusta mucho, es el famoso tiramisù.
Es raro que con casi 2 años de blog nunca la hubiera puesto antes, pero ya sabéis lo que se dice en estos casos, más vale tarde que nunca...
Pero para empezar hay que hacer alguna aclaración: existen tantas recetas de tiramisù como personas que lo preparan, bueno, o casi. Claro que hay puntos en común, que no pueden faltar en ningún tiramisù, almenos en uno clásico: huevos, mascarpone, café, cacao amargo y galletas o bizcocho.
Las cantidades cambian de receta en receta, como así también algunos detalles. La receta clásica se hace con savoiardi, osea bizcochos de soletilla, pero también se admiten variantes, un poco a gusto. Otro detalle que puede cambiar es la manera de usar el huevo. Las recetas tradicionales usan el huevo crudo, por lo que hay que utilizar yemas pasteurizadas, por el riesgo de salmonella. También se puede cocer el huevo, pero la textura final de la crema es diferente. Ya os hablaré de ello más adelante
Otro tema, y aquí entra mi receta en juego, es el agregado de las claras batidas a nieve. Yo lo hago solo con las yemas, y el resultado es una crema densa, consistente y con un sabor definido y exquisito. Encuentro que con el agregado de las claras la crema queda muy esponjosa y menos sabrosa, pero para gustos, los colores.
Como quiera que preparéis el tiramisù, lo cierto es que es un postre fácil y delicioso, que mezcla de manera perfecta el sabor fuerte y decidido del café con el suave y delicado de la crema de queso mascarpone y huevo. Vamos entonces a ello...
Ingredientes para 4 personas (3 si sois de muuuy bien comer como en mi casa)
- 100 gr. de bizcochos de soletilla
- 250 gr. de queso mascarpone (se puede hacer con queso para untar pero el sabor cambia bastante)
- 80 gr. de azúcar
- 4 yemas (si preferís usar también las claras, entonces serán 3 huevos)
- 250 cc. de café bien fuerte
- 4 cucharadas de agua
- 2 cucharadas de licor de café
- cacao puro en polvo
Receta tiramisú clásico
Antes que nada ponemos a hacer el café, para que no esté tan caliente al momento de usarlo. De nuevo en esta ocasión hay variantes: yo lo uso tibio porque me gusta que el bizcocho quede bien mojado, no con el centro seco. Si en cambio preferís que el bizcocho mantenga su consistencia, usad el café frío. Cuando tenemos lista la cantidad necesaria de café, agregamos el agua y el licor. Conservamos.
Ha llegado el momento de hablar de las yemas. Lo ideal sería comprar las yemas pasteurizadas que se venden en tetrabick, pero no son tan fáciles de conseguir, por lo que la solución es pasteurizarlos en casa, y necesitamos para ello un termómetro de cocina:
Ha llegado el momento de hablar de las yemas. Lo ideal sería comprar las yemas pasteurizadas que se venden en tetrabick, pero no son tan fáciles de conseguir, por lo que la solución es pasteurizarlos en casa, y necesitamos para ello un termómetro de cocina:
- Batimos las yemas con la mitad de la dosis de azúcar (50 gr.) hasta obtener una mezcla blanca y esponjosa. Mientras tanto prepararamos un almíbar con el resto del azúcar y 25 ml. de agua. Lo cocemos a fuego lento y con el termómetro controlamos la temperatura, cuando llegue a 121° lo echamos inmediatamente sobre las yemas y seguimos batiendo hasta que la mezcla quede bien homogénea. Utilizamos enseguida.
Si usáis las yemas pasteurizadas compradas, salteamos la parte del almíbar y batimos todo el azúcar con las yemas hasta obtener una mezcla blanca y esponjosa.
Agregamos el mascarpone y batimos otro poco para incorporarlo bien. Si habéis decidido de incluir las claras, en este momento debéis incorporarlas batidas a nieve, con movimientos envolventes.
Ahora podemos empezar con el montaje. Podéis hacer el tiramisú en porciones individuales como lo he hecho yo, o en una fuente más grande. Comenzamos con una capa de bizcochos. Debemos sumergirlos en el café por 1 segundo, menos aún si usáis el café tibio. El bizcocho no se tiene que deshacer, debe llegar a la fuente o vaso entero, ya luego el café se irá impregnando cada vez más. Con la práctica encontraréis el punto justo de ‟remojado” para vuestro gusto.
Cubrimos la base de la fuente o vaso con una capa de bizcochos, cortándolos si hace falta para que quede bien cubierta. Echamos encima 1 tercio de la crema y distribuimos. Ponemos otra capa de bizcocos humedecidos en café, otro tercio de crema, otra capa de bizcochos y terminamos con la última capa de crema. Llevamos a la nevera por unas cuantas horas, como mínimo 3, para que el tiramisú esté bien frío y firme.
Al momento de servir, espolvoreamos con el cacao en polvo.
Como veis bien en esta foto, haciéndolo con el café tibio los bizcochos se empapan bien, y el postre queda jugoso, con un sabor a café muy intenso. Pero como os he dicho antes, esto es a gusto.
¿Qué os parece? Si no sois amantes del café pero os apetece probar un postre italiano, os dejo esta crostata suave de mermelada que hice hace un tiempo, que es realmente deliciosa.
No hay comentarios :
Publicar un comentario