Volvemos a la carga con otra edición del Crítico en Pijama, es que estoy muy de ir al cine en estos días... hoy os contaré mi experiencia con la última peli de John Turturro, Aprendiz de Gigoló.
Siempre me ha gustado John Turturro, como actor -su trabajo con los hermanos Coen en películas como El Gran Lebowski o Barton Fink lo han puesto en mi categoría de actor de culto- y como director. En esta última faceta lo descubrí con Romance & Cigarettes (2005), una comedia dramática musical bastante anticonvencional, que me conmovió al punto de pedirle entre lágrimas a mi marido que dejara de fumar, cosa que hizo (y que agradeceré eternamente a Turturro). También en esta peli me enamoré de James Gandolfini, un actor enorme, que protagonizó la película junto a la siempre impecable Susan Sarandon.
Pero como siempre me voy por las ramas, y lo que quiero hacer hoy es hablaros de Aprendiz de Gigoló, el último trabajo de Turturro apenas estrenado en España. Para ello habría que empezar por la traducción del título; el original es Fading Gigolo, un título difícil de traducir que podría ser algo así como Gigoló evanescente, o marchito, descolorido, en fin, algo perenne, que perece. Está claro que Aprendiz de gigoló no da esta idea ¿verdad? Con ese título un espectador desprevenido tal vez crea que verá una clásica comedia americana de enredos románticos, y en cierto modo lo es, si quitamos lo de clásica.
La presencia de Woody Allen –solo como actor, algo bastante raro en él– la ambientación en New York, el elenco coral y la premisa de la historia hacen pensar a una peli a la Woddy Allen, y si bien tiene muchos puntos en común, como la ironía y la sutileza de los diálogos y el personaje de Allen que hace de él mismo como siempre, allí donde Woody juega con el lenguaje y la palabra, Turturro lo hace con el silencio.
Fioravante –el personaje de Turturro– es un florista de pocas palabras con algunos problemas económicos. Murray –Allen– es su verborrágico amigo de toda la vida, propietario de una librería en quiebra. A Murray se le ocurre de aprovechar las dotes de amante de su amigo para ofrecerlo como gigoló a las mujeres solitarias y ricas de N.Y. Todo marcha viento en popa después del encuentro con la primera cliente (Sharon Stone, hermosa y frágil), hasta que Fioravante conoce a una triste, solitaria y tímida viuda hebrea (Vanessa Paradis).
Pero ya sabéis que no me gusta mucho hablar de las tramas de las pelis, para eso os dejo el trailer. Como os decía la película de Turturro se construye más sobre los silencios que sobre los diálogos, pero esto no significa que sea una de esas pelis donde nadie habla. Todo lo contrario, la peli tiene un buen ritmo y diálogos brillantes sobre todo en la primera mitad, ya que después de la aparición de la viuda de Vanessa Paradis el ritmo cae un poco para entrar en una fase más contemplativa, que se adapta al mundo de silencio y solemnidad en el que vive este personaje. Los primeros planos de los actores cumplen con un papel narrativo importante, que sustituye a la palabra narrando la situación emotiva de los personajes. Todos los personajes principales tienen su rol en la evolución de la historia, con la excepción de la bomba sexy de Sofía Vergara, que para mi gusto no encuentra ubicación en la historia, salvo para crear ciertas situaciones cómicas que de cualquier manera no están tan bien logradas.
¿Conclusión? Aprendiz de gigoló es una película para ver. Una comedia sutil y ligera construida con inteligencia, evitando todos –o casi todos– los lugares comunes que podrían surgir con la temática del gigoló ocasional y entrado en años.
Os dejo con el trailer, espero que vayáis a verla, y luego me contéis vuestra opinión!
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Seguro que es una película interesante, como casi todas las del sr. Allen.
ResponderEliminarMerece la pena, aunque aquí Allen es actor y no director, te la recomiendo
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