En esta ocasión me enfundo el pijama para hablaros de la
última película de Michael Haneke: Amour.
Primero tendría que aclarar que Haneke es uno de mis
directores favoritos, al menos en esos días en que soy una persona que ha
perdido la fe en la especie humana, y tengo casi la enfermiza necesidad de
reafirmar esa desazón, porque Haneke es así.
Para aquellos que no conozcan a este director austriaco, les
diré que en sus películas intenta (o al menos esta es mi sensación) hacer
sentir incómodo al espectador, sacarlo de ese lugar acomodado tradicional y
hacerlo reflexionar. Esto lo logra a través de su peculiar modo de narrar y
sobre todo en sus planos, poniendo la cámara donde no debería estar, rodando escenas
excesivamente largas y aparentemente inactivas, pero que transmiten vacío, desasosiego,
frustración…
Para entrar en tema con Amour, os diré que en principio la
temática de la película podría parecer convencional, sobre todo para este
director; narra la historia de amor de
una pareja Georges y Anne, en el final de su vida.
Georges y Anne son dos profesores de música jubilados que viven en Paris, tienen una hija que también se dedica a la música, pero ésta vive en Londres con su marido.
Un día Anne sufre una apoplejía, y al volver a casa del hospital tiene la mitad del cuerpo paralizado.
Esto por supuesto cambia por completo la vida que hasta entonces llevaba la pareja y pone a prueba su relación.
Esta película habla sobre el amor, la vejez y la enfermedad, sin caer en lugares comunes.
Al principio hay diálogos graciosos, escenas tiernas de complicidad entre los protagonistas, ingredientes habituales de películas corrientes; pero claro, esto no es una película al uso, porque es una película de Haneke, y enseguida empezamos a darnos cuenta de que su intención en ésta como en las demás es hacernos sufrir.
Georges y Anne son dos profesores de música jubilados que viven en Paris, tienen una hija que también se dedica a la música, pero ésta vive en Londres con su marido.
Un día Anne sufre una apoplejía, y al volver a casa del hospital tiene la mitad del cuerpo paralizado.
Esto por supuesto cambia por completo la vida que hasta entonces llevaba la pareja y pone a prueba su relación.
Esta película habla sobre el amor, la vejez y la enfermedad, sin caer en lugares comunes.
Al principio hay diálogos graciosos, escenas tiernas de complicidad entre los protagonistas, ingredientes habituales de películas corrientes; pero claro, esto no es una película al uso, porque es una película de Haneke, y enseguida empezamos a darnos cuenta de que su intención en ésta como en las demás es hacernos sufrir.
Como siempre colocando la cámara en lugares donde nadie
quiere estar, llega un momento en que la película es real y duele y atormenta. Y
vosotros diréis, pero esta mujer es masoquista?
Pues sí, un poco de eso hay, pero también en esta película he
encontrado un lado más amable del ser humano, inusual en él, no están esos típicos
personajes de Haneke atormentados psicológicamente, perturbados sin remedio, se
puede ver algo de esperanza en la raza humana y por eso podríamos decir que es su película
más amable, en definitiva habla del amor, a su manera claro está.
Las interpretaciones de los protagonistas Emmanuelle Riva y Jean-Louis Trintignant, son excepcionales.
Consiguen transmitir a la perfección lo que la película requiere a cada
momento, ternura, amargura, tristeza…
Es abrumadora, te deja un nudo en el estómago y en la garganta, un dolor físico.
Es abrumadora, te deja un nudo en el estómago y en la garganta, un dolor físico.
Espero que este intento de crítica no os haya hecho pensar:
porque voy a ir yo al cine a sufrir, pudiendo ir a distraerme un poco?
Justamente por eso la recomiendo, porque a veces hace falta
recordar que la vida es otra cosa, en esta época de anestesia global, es bueno
volver a sentir, y hay cosas que nos recuerdan eso.
La estrofa de una canción, un párrafo de una novela o esta
película.
Yo también amo el cine de Haneke, porque es CINE.
ResponderEliminarNunca te deja indiferente y consigues disfrutar del cine como arte y no solo como entretenimiento.
De esta película yo diría que sobre todo, y estoy deacuerdo contigo,es real, habla "en serio", como dice él en un momento de la película, sin diplomacias, ni frases hechas, solo puro y duro sentimiento.
Haneke vuelve a cambiar de registro. Con 'Amour' vuelca su mirada a la vejez y el derecho de morir en paz. Los actores, fantásticos. Un saludo!
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